IKIGAI: El arte de vivir sin filtros en Tenerife
Cuando encuentras tu lugar, encuentras tu ritmo
El ikigai es una palabra japonesa imposible de traducir literalmente al español: significa la razón por la que te levantas cada mañana, pero también es vocación, equilibrio, paz, propósito, disfrute, presencia.
En Occidente no tenemos un término equivalente.
Y eso dice mucho.
Aquí, nos han enseñado a vivir para producir, demostrar, alcanzar, acumular.
No para sentir.
No para escuchar.
No para existir desde nuestra verdad.
Por eso el ikigai nos incomoda: nos recuerda que hemos aceptado sistemas, dogmas y exigencias que no nos pertenecen… pero que moldean nuestra vida, nuestra psique y hasta nuestra autoestima.
El ikigai es una grieta de libertad.
Tenerife me ha regalado mi ikigai
Cuando llegué a esta isla no lo sabía, pero estaba a punto de completar algo que llevaba años buscando: mi propósito, en versión simple, humana, cotidiana, mía.
Mi trabajo como terapeuta de la belleza del alma y del cuerpo me nutre emocionalmente, energéticamente y también económicamente.
Pero fue Tenerife la que me enseñó a vivir a mi propio ritmo.
Aquí aprendí algo que en mi vida anterior parecía casi imposible: disfrutar del tiempo.
De mis ritmos naturales, de los días lentos, de los silencios, de mi hogar.
No tengo problema en confesártelo: adoramos pasar horas en casa, yo y mi D., jugando, riendo, dándonos mimos, dejando que la vida sea simple y suficiente.
El sol calienta nuestras mañanas, y cada tarde la isla regala un atardecer distinto.
Lo más curioso es que todos quieren capturarlo con el móvil… y mientras lo graban, se pierden el espectáculo real.
Yo no tengo fotos de los atardeceres de los últimos años.
El ikigai me enseñó eso también:
A estar, no a mostrar.
A vivir, no a documentar.
El ikigai como acto de desobediencia
Encontrar tu ikigai no es un ejercicio espiritual perfecto.
Es un acto de rebeldía silenciosa:
🌿 cuestionar lo que te enseñaron
🌿 dejar ir lo que te limita
🌿 escuchar lo que tu cuerpo ya sabe
🌿 respetar tu energía
🌿 elegir la vida que te sostiene, no la que te agota
Y eso, aquí en Tenerife, toma otra profundidad.
La isla empuja, despierta, limpia, ordena.
Si te dejas guiar, te muestra sin filtros quién eres… y quién ya no.
¿Cuál es tu ikigai?
No tienes que saberlo todavía.
El ikigai no se encuentra de golpe; se construye, se siente, se reconoce.
Pero empieza siempre igual: con una pregunta honesta y simple:
¿Qué me hace bien de verdad?
Si quieres, podemos descubrirlo juntos.
Rituale narrativo de cierre
Gracias por estar aquí, por leerme, por permitir que estas palabras formen parte de tu propio viaje interior.
Si hay un tema que te intriga, una duda que te acompaña o un deseo que quieres explorar, cuéntamelo. Este espacio existe para crecer contigo.
Con amor,
Cristina Cafagno
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